Negro, es hora de aceptarlo. Ya no hay más refugios, todo se acabó. Debemos de ver nuestro alrededor, y con todo el dolor en nuestro corazones, dejarlo ir, déjalo ir, aunque te duela. Es hora de agarrar nuestros cachivaches y salir, salir al mundo real y hacer una vida; forjarla con nuestras manos. Tomar con ellas, no lo que nos merecemos, porque no merecemos nada, sino lo que queremos que sea.
Sal al yermo inhóspito, olvidate del internet y de sus burbujas. Ya no hay comunidades que no hayan sido permeadas por la cantidad. Los vidyas se popularizaron, el animu de los violinuos se normalizó, he conocido albañiles que se vacilan one piece. La memeprogramación se bastardizó, las cristomonedas se volvieron viral, el cuatrocholas lleva decadas en decadencia que no parece terminar, ellos solo fueron la primera pieza del dominó. El internet perdió lo que tenía para ofrecernos.
Sal y no vuelvas, los recuerdos que se grabaron en tu mente, los "amigos" que hiciste durante estos años, en este camino, las historias kekeantes, el pequeño grano de cultura que era esto ya dejo de ser y son eso, recuerdos que no vivirán por más que lo desees. Nos veremos en el otro lado, mi hermoso príncipe, cierra los ojos, ciérralos, pero no lo olvides, no entres dócilmente en ese buena noche. Aquí es donde nuestro camino apenas empieza y el de ellos termina.