Por un lado, me alegro muchísimo.
Pero, por el otro, dudo de que vaya a aplicarse con rigor.
¿Se acuerdan de los manteros, choris? Antes no se podía caminar por las veredas de Once o por avenida Avellaneda porque estaban LLENAS de manteros. Después, los sacaron a todos y por un tiempo vivimos una utopía… Pero ahora están volviendo.
Por eso se me ocurre que no va a ser una solución definitiva esto de los trapitos.