>ser yo
>ir caminando por una calle del gran Concepción llena de gente
>derrepente me dan unas ganas de tirarme un peo cataclísmico
>no puedo porque la gente lo escucharía y me daría vergüenza
>mis únicas dos neuronas restantes comienzan a chocar entre sí a altas velocidades
>razono: si el ruido del peo es menor que el del barullo de la calle, entonces pasará mayormente desapercibido
>sin embargo una tercera neurona se une al asunto y me da cuenta de otro factor: el olor
>sin embargo razono de nuevo: como el olor sólo es un problema en lugares cerrados, no hay problema puesto que la calle es un lugar abierto, y el olor subiría y se disiparía en la atmosfera
>todo está calculado
>procedo a perpetrar mi cometido
>una onda sónica con centro en mi ano enmudece todo en 3 kilometros a la redonda
>palomas sentadas en los cantos de los techos de los edificios salen volando
>los semáforos parpadean y se mecen en sus postes
>hay un silencio absoluto por unos segundos
>la gente se mira la una a la otra como si se preguntaran "¿qué fue eso?"
>nadie me mira a mi
>segundos después todo vuelve a la normalidad
>la gente sigue caminando como si nada hubiera pasado
>mi cara cuando descubrí este super poder: tirarme peos en la calle sin que nadie se de cuenta
cogito ergo sum