Los estudiantes que de verdad están comprometidos con las causas que defienden y creen, tienen que dejar de radicalizarse por temporadas.
Actualmente los movimientos sociales en las universidades chilenas sirven de pantalla de humo, es una táctica de guerrilla deconstruída y contra ingenierizada para transformarse en una mecánica evatoria. El objetivo real (e hipócrita) consiste en deflectar la responsabilidad que tiene el estudiante consigo mismo, su familia y el país, aprovechándose del peso histórico de nuestro gran relato latinoamericano de emancipación, todo esto para salvar sus ramos y no hacer nada.
Cuando estás cimarreando en nombre del paro, estás pisoteando a los que murieron creyendo en el futuro desde hace 400 años y ahí hacia adelante. Tú eres el futuro que todos queremos.
El estudiante de corazón debe decir basta a este montaje servil, masturbatorio e irresponsable. Los que quieren un cambio deben reorganizarse en cuerpo, mente en sociedad para generar un aceleramiento real, que provoque resonancia con el pueblo, la clase trabajadora, desde el obrero hasta las personas que trabajan en oficina, no importa el rubro y hacer un llamado pelear por lo que creen, sea remover el TPP11 o la defensa de los derechos desde los humanos hasta los transhumanos.
Logramos hacer que el gobierno retrocediera aturdido contra la imposición de los medidores inteligentes, cuando se hizo público que el proyecto original fue envenenado con intereses de explotación. ==SE PUEDE==.