El antiguo argentino tiene que hacerse a un lado y dejar paso al nuevo argentino, el ex-senegales, ex-boliviano, ex-venezolano, etc.
Un buen argentino del antiguo regimen deja que su mujer se acueste con un nuevo argentino para asegurarle exito, prosperidad y futuro, ademas de libertad sexual que se merece por ser mujer en un mundo donde historicamente el placer sexual ha sido construido entorno a la figura del macho opresor, mas que mas en Argentina.
Ella es libre para acostarse y buscar sexo exotico y placer desde una nueva construccion femenina independiente de la falocracia miserable que la oprimio durante tanto tiempo, y si quiere, puede abortar el producto-accidente de esas relaciones porque ella es dueña de su propio cuerpo y ningun macho argentino del antiguo regimen puede decirle si tenerlo o no.