El perro tiene un instinto de lealtad hacia el humano y los doglover no son más que personas satisfaciendo su deseo de superioridad y poder.
Los gatos nos recuerdan el salvajismo de los felinos y al intentar someterlos, pues un gato nunca es tan docil como un perro, despierta en nosotros nuestro instinto primitivo de enfrentar a una bestia.
Respecto a la poca existencia de los humanolovers es porque nunca hemos confiado ciegamente del extraño y ahora con la sobreurbanización esa incredulidad ante el resto se acrecenta.
t. doctorado en memes