>“Yo entonces vivía en California. A él lo había visto sólo dos veces, porque con mi madre vivían en otra ciudad. Nos enamoramos de un momento a otro, fue como una bomba. Al principio mi mamá se puso triste, pero lo superó. Nosotros nos casamos, nos vinimos a Chile, tuvimos cuatro hijos”.
>Tenía 19 años. En ese momento estaba muy metida en el judaísmo. Participaba activamente de la comunidad judía ortodoxa de mi universidad en California. Estudié hebreo y las festividades de esta religión. Me encantaba. Quería convertirme e irme a Israel, vestir túnicas, caminar en la Tierra Santa y estar así, a lo natural.