El Nido tenía que morir.
Era como un abuelo con cancer terminal, haciendo una analogía a los simios, maricones y comunistas como los tumores.
Ahora por fin está en paz y limpio.
Lo que se viene ahora es esperar su resurrección trascendida, limpio, de derecha extrema, sin normalitos ni mierda.
Pasó lo que tenía que pasar, el sol negro se elevó y el fin dará paso a un nurvo comienzo.