MARX Y LA ABOLICIÓN DEL ESTADO
«En 1847 Marx y Engels afirman que la clase trabajadora establecería “una asociación que excluiría las clases y sus antagonismos, y con ello desaparecería para siempre el poder político, ya que es precisamente la expresión oficial de antagonismo en la sociedad civil”. Con esto, quieren decir que nacerá una organización sin clases y por lo mismo, no existiría poder político, ya que las clases son la expresión del poder político.
Al año siguiente escriben “el poder político, en su verdadero sentido, es el poder organizado de una clase para la supresión de otra”. Siguen repitiendo lo mismo: el poder político, o sea, el estado, es el poder de una clase, que después de la revolución, se transformaría en una asociación sin clases porque “en el caso de su desarrollo, el poder público pierde su carácter político”, en otras palabras: el poder político pasa a ser poder público, el Estado, al estar en manos de una clase, es el “Estado Burgués”, siendo este, quien se posiciona sobre la clase trabajadora, y no el “Estado público”, es la existencia de clases, la que crea un antagonismo representado en un estado opresor, los propietarios de los medios de producción, o sea, la clase burguesa, y los no propietarios: la clase proletaria, crean el antagonismo que en definitiva, es la propiedad privada de los medios de producción, entonces, si la propiedad privada se transforma en propiedad pública, las clases desaparecen, y en consecuencia, el estado burgués desaparece. Es esta la nueva “asociación”, o el “poder público” previsto por Marx y Engels.
Tres años después, afirman “la abolición del estado tiene significado tan solo para los comunistas, como obligado resultado de la abolición de las clases, con lo cual la necesidad del poder organizado de una clase para la supresión de otra, cesa por sí misma”. Ya no hablan de un “Estado Burgués”, o de un “Poder Político”, simplemente de la abolición del estado, haciendo propia la consigna anarquista, pero esa abolición es el resultado de la abolición de las clases, o sea, siguen afirmando que el estado desaparece cuando desaparecen las clases, lo que no dicen, es la causa de la abolición de las clases, que años antes si expusieron, utilizan un juego de palabras y de conceptos para decir: el estado proletario suprime al estado. Todo queda demostrado cuando afirman “el real significado de la abolición del Estado es la mayor concentración centralizada del Estado”.
Pero ¿Por qué Marx y Engels utilizan maniobras para ocultar su estatismo? La respuesta es sencilla, en esa época, el socialismo estaba absolutamente impregnado de ideas antiestatistas, no era posible abrirse terreno en el movimiento sin cuestionar el Estado. Por esto, Marx y Engels replican “todos los socialistas entienden por anarquismo lo siguiente: como objetivo inmediato del movimiento proletario lograr la abolición de las clases, y así eliminar el poder del Estado, que sirve para mantener a la gran mayoría productora bajo el yugo de la minoría explotadora, y transformar las funciones gubernamentales en simples funciones administrativas”. Vuelven a repetir lo mismo con distintos versos, pero ahora definiendo el anarquismo, para que el movimiento socialista antiestatal abrase su programa. Marx, en todas las etapas de su vida, pero de distintas formas, expone las mismas ideas.
Después de su muerte, Engels cierra la función estatal afirmando “El proletariado se apodera del poder del Estado e inmediatamente convierte los medios de producción en propiedad estatal. Pero desde este instante queda abolido él mismo como proletariado, queda abolida toda diferencia y antagonismo de clase, y queda abolido el Estado como Estado”.
Para ellos, el estado es una cuestión de clases, si desaparecen las clases, desaparece el estado y como las clases son los propietarios y los no propietarios, cuando la propiedad privada pase a ser propiedad del estado, quedan abolidas las clases, y por consecuencia el estado. Una retórica estatal que repitieron en distintas formas.
Marx en ningún caso quiso la abolición del estado como los anarquistas, más bien, esa diferencia fundamental entre anarquistas y marxistas quedó evidenciada en todos los periodos revolucionarios de la historia. El antagonismo entre un estado político y un estado no político, no existe. Cuando los anarquistas alegaban que después de la revolución al estilo de Marx, nacería una nueva clase privilegiada y que la abolición del estado -la anarquía y/o el comunismo- jamás llegarían, estaban en lo correcto. La fórmula marxista de poner la propiedad privada en un “poder público”, no es más que otra forma de propiedad privada. Así fue como los regímenes totalitarios, consecuencia de poner en marcha las ideas de Marx, dieron razón al anarquismo.»