¿Y tú, has estado con una gorda?
Sí, sí, he estado.
¿Y qué tal?
Pues fue, eeh…
Cierto día ví de lejos a una nena qué me cambió la vida.
No era la típica chica diez de cuerpo, pero bueno.
Tenía algo insólito, desmesurada talla, y yo solito pues… Fuí a por ella.
Necesitaba algo diferente, símplemente intenté encender una mujer potente.
Al día siguiente, fue algo más que besuqueos cuándo de repente, sin más miramientos me invitó a su queli.
Y no me dí cuenta, ya estaba sin ropa. Menuda chavalota. Misión: hundir la flota.
Al verla desnuda, se me encendió la pasión, y menuda impresión, todo encajaba a presión y yo, encima de nosecuantos kilos, movimientos con sigílo pero a ella le molaba el hardcore.
No podía despegarme de sus carnes, y empezó a besarme…
"Oye, que, tengo que irme."
No te vayas todavía, me decía, y yo le sonreía y le decía, es que tengo prisa, pero bueno. Por tí me quedaré un poquito más, pero quítate de encima, y déjame respirar.
Me cago en la puta, la gachí se puso violenta.
Resulta que era sadomasoquista la muy cerda.