Arrancamos este domingo con "El Eternauta Camino a Taquilimilán" de Eduardo Mora.
Con una narrativa minimalista el director se centra en el universo interior de sus personajes, haciendo uso del color a través de filtros para sugerir estados afectivos en el espectador. Primero utiliza un sepia marcado por un fuerte contraste y nos presenta al “Eternauta” y a su esposa e hija, la cámara se mueve constantemente a través del espacio como testigo objetivo del devenir del tiempo, enmarcando a los personajes de forma completa en casi todos los planos y permitiendo al espectador contemplar lo que ocurre como un acontecimiento que es observado a cierta distancia, como lo haría un espíritu contemplativo.